lunes, 7 de diciembre de 2009

Diga 33

Una de las cosas que molaria hacer, teniendo esta edad, es jubilarse ya. Con dinero para toda la vida ya, te podrias dedicar toda tu vida, desde que tu cuerpo esta "en plenitud de condiciones", a tus aficiones. Una vez agotadas unas aficiones, pues a descubrir otras...y asi. Cualquier persona que haya deducido en algun momento de su vida que al cielo no se va por el trabajo, y que es el dinero y no el trabajo lo que te puede permitir autorrealizarte, estara de acuerdo conmigo.

Pero las cosas no son asi. Todo esta estructurado y estudiado al milimetro. Trabajaremos hasta los 70, ganaremos un sueldo que no permitira grandes lujos. Intentaremos gastar lo menos posible en cosas como comida, muebles, ropa, electronica...alimentando a las empresas multinacionales que regentan esos mercados y que promueven estas politicas de reduccion de costes que afectan, entre otras cosas, a los salarios; y vuelta a empezar. No me voy a marcar un ensayo acerca de este circulo vicioso que todos, lamentablemente, conocemos.

Pero te jubilas ya mayor. Tras años de productividad personal a raudales, las opciones de estar solo y sin apenas dinero no son pocas. Por tanto, hay que buscar actividades sociales, gratis, y a ser posible bajo techo. Una de estas escasas opciones es ir al medico.

Ir al medico es algo que no le gusta a casi nadie (espero), ni siquiera a unos cuantos medicos. Pero ir al medico tiene una valoracion especial cuando estas en el extranjero. En Berlin, vas al ambulatorio del distrito, pensando "ummm, es el distrito con mas inmigrantes, especialmente arabes, veremos¨ y te encuentras con un lujazo de clinica. En Bratislava vas al hospital ubicado en una zona residencial, y te parece que el Rio Hortega en los 80 era crema.

Entras, y te encuentras ese colorcillo y olor de hospital, esa mezcla aseptica-chotuna que todo buen hospital posee. Te adentras en uno de los pasillos, y no acaba de estar limpio del todo. Te sientas en el pasillo, que eso de la sala de espera aqui no se estila, y empiezas a observar a tu alrededor. Pasa un pivon; bien. Pasa otro pivon; bien bien, si estas son las que estan enfermas... Aparecen medicos, personal de limpieza, enfermeros, celadores...esto ya es mas lo habitual. Hasta que pasan los hombres de negro: 4 personas (2 mozas y 2 mozos), que a lo que se dedican es a meterse en mitad de la consulta medica y empezar a promocionar medicamentos, para que el medico te recete pomada contra las hemorroides incluso cuando tengas gripe K...Me imagino el regocijo de los pacientes enfermos en canicas viendo como su medico se intenta zafar o trapichea con los hombres de negro.

Tras una amena espera, llega tu turno.
- Tu eres el español?
- Si.
- Hablas eslovaco?
- Un poco, pero mejor en ingles. Pero ella (señalas a tu acompañante/salvadora) es eslovaca y habla español e ingles tambien, puede ayudar.
- Puede ayudar? Se rie y te mira pensando "que pardal", pero uno aun no sabe decir en eslovaco "ella puede hacer de traductora si fuera necesario".

Ya estas dentro y...sorpresa! NO ERES EL UNICO PACIENTE! Una señora de avanzada edad se lamenta abiertamente de su espera. Tras esto, empieza a comentar que ha tenido que pagar 20 euros para adelantar la consulta y la operacion, que ella no tiene dinero, y que no entiende este sistema de estos cerdos capitalistas. La señora se va calentando a medida que la conversacion avanza, y la medico se lo toma con una paciencia y un temple increible. Tras 5 minutos en los que la señora sigue reclamando su dinero y añora un pasado comunista mejor, la medico le hace ver que ella no es su medico y consigue largarla.

Y al fin es tu turno, la medico te atiende, gracias al palito de madera de gusto falaz, ve tu garganta roja como culillo mandrilero, y te receta un jarabe y unos antibioticos. Ya estas, victoria!

Tras esto, definitivamente, si me pasara algo mas grave y tuviera tiempo de cruzar la frontera, lo tengo claro: Viva Austria!